jueves, septiembre 28, 2006

Aprender y Madurar

Esta mañana me he dedicado un poco a ver la tele (hay q aprovechar, antes de que empiece el curso) y sorprendentemente he cazado un capítulo con mensaje. No voy a entrar en detalles, pero la moraleja de la historia era que, la única forma de arreglar las cagadas que cometemos en esta vida es "aprender de nuestros errores y madurar con ellos".
Es una tontería, pero me ha dado qué pensar. Y me he dado cuenta de que, si bien he cometido muchos errores en esta vida, casi siempre han sido los mismos pero con distinta apariencia.
Es una putada. "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra"... pero yo es que me como siempre la misma roca.
Así que he decidido tener un nuevo propósito: Aprender y madurar. Cometer errores nuevos.
Ya lo sé, suena muy trillado. Muy tópico. Pero los tópicos realmente existen porque son cosas que le pasan a mucha gente todos los días...

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miércoles, septiembre 27, 2006

I belive in you

Yo creo en ti.
Y ya sabes que yo no suelo creer tonterías.
Y también sabes que no vas a estar con la depresión mucho tiempo.
Y también debes saber que este año vamos a triunfar.
¿No lo notas? ¿En lo profundo del estómago? ¿Un rugido que muestra nuestra resolución?
Pues entonces, no dudes.
Yo sólo se resolver los problemas de una forma.
¡¡¡¡¡¡Plantándoles cara!!!!!!

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sábado, septiembre 23, 2006

La Rana y el Escorpión: Una historia de Bayushi Guwahime

Esta es una antigua historia; una de las más antiguas en realidad. Es la primera historia que aprendí, y voy a contártela ahora.
Se dice que cuando los Hijos del Sol y la Luna celebraron su gran torneo para ver quién gobernaría, Bayushi (el Escorpión) estuvo de pie y observó a sus hermanos y hermanas luchar, mientras vio a Shinsei aproximársele.
Bayushi dijo: "Pequeño maestro, tengo una pregunta para ti."
Shinsei no dijo nada, únicamente se concentró en el torneo.
Bayushi continuó. "Espero ganar el torneo, pero no se si mi estrategia lo logrará."
"Hay más de una forma de ganar el torneo." dijo Shinsei.
Bayushi se sentó cerca de Shinsei y le dijo "Cuéntame."
Shinsei asintió y empezó.
"Hubo una vez una pequeña ranita que vivía cerca del río. Un día, un escorpión que pasaba por allí le pidió a la rana si podía llevarle al otro lado."
Bayushi sonrió. "Conozco esa historia, pequeño maestro."
Shinsei frunció el ceño. "¿Estás seguro?" Esperó un momento, observando aún el torneo.
Bayushi se calló y esperó a que continuara.
"El escorpión le dijo a la rana, "Llévame al otro lado del río." La rana le dijo. "No lo haré. Porque si lo hago me picarás." El escorpión dijo, "No lo haré. Porque si lo hago nos ahogaremos los dos."
Bayushi asintió impaciente. "Sí, sí, he oído esa historia."
Shinsei frunció el ceño de nuevo. "¿Estás seguro?" Esperó un momento, observando aún el torneo. Bayushi se calló y esperó a que continuara.
"La rana vio sabiduría en las palabras del escorpión, así que le dejó subir a su espalda y empezó a nadar cruzando el río. Casi a medio camino, sintió una dolorosa punzada en su espalda..."
"¡Sí, sí! ¡Conozco esa historia!" Exclamó Bayushi.
Finalmente Shinsei se giró para mirar a los ojos a Bayushi.
Bayushi se calló. "Lo siento, pequeño maestro. Por favor, continúa."
Shinsei volvió la mirada hacia el torneo. "La rana sintió el veneno del escorpión fluir hasta su corazón, y mientras se le acercaba la muerte, ambos empezaron a hundirse en las frías aguas."
Shinsei hizo una pausa, pero Bayushi permaneció silencioso. "Justo antes de que su nariz se hundiera en el agua, la rana dijo, "¡Escorpión, ahora ambos nos ahogaremos!" Pero el escorpión sonrió..." Shinsei hizo una nueva pausa y se volvió a mirar a Bayushi "... y le dijo "Pero ranita, yo puedo nadar."
Bayushi se sentaba cerca de Shinsei, su rostro mostraba una aturdida sorpresa. Luego, lentamente, empezó a sonreír. "Comprendo, pequeño maestro."
Shinsei de pronto dió un rápido golpe con su bastón en la boca de Bayushi. Sus labios se partieron y la sangre le salpicó. Bayushi saltó sobre sus pies y puso sus manos sobre su rostro.
"¿Por qué has hecho eso?" dijo a través de sus labios manchados.
"El dolor es la única recompensa del mentiroso. Tu cara me decía una cosa y tus ojos otra. Tenía que recompensar a uno de los dos, así que decidí recompensar a tu rostro mentiroso."
Bayushi permaneció silencioso mientras su sangre goteaba en el suelo.
Y lentamente (dolorosamente) sonrió. Rasgó un trozo de tela de sus ropas, envolvió en él su rostro y se dirigió al torneo... y perdió a propósito.
Luego, volvió hasta Shinsei y se inclinó profundamente ante el pequeño maestro.
Shinsei asintió. "Ahora sabes cómo nadar."

El mon (emblema) de la familia Bayushi es un escorpión rodeado de agua, a menudo acompañado del kanji "Puedo nadar".

Extraido de "Secretos del Clan Escorpión"

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miércoles, septiembre 20, 2006

La fábula del Escorpión y la Rana

Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpiónn que le dijo:
—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda…
—¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser.
—No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?

Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma:
—Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo.
Y entonces, la rana se dirigió al escorpión y le dijo:
—Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río.
El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.

Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle:
—No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir.
Y entonces, el escorpión la miró y le respondió:
—Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme.
Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.

Moraleja: No te engañes a ti mismo ni a nadie. Uno siempre és lo que és, a pesar de las circunstancias.

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miércoles, septiembre 13, 2006

Yo fui al Ramiro

Los que lleven mucho tiempo sin pasarse por Serrano, 127 probablemente no sepan que en el Ramiro de Maeztu ya hay educación infantil, que el colegio es bilingüe, que la Nevera ya no es tan fría, que unas vallas separan colegio, instituto e internado, o que una asociación de profesores y alumnos ha conseguido que 9 saharauis estudien la educación secundaria en el Ramiro acogidos por familias de alumn@s.

Los que hace poco acabaron su paso por las aulas seguramente desconozcan que el Ramiro hace años no era mixto, que es un centro mítico por el que han pasado miles de personas en sus casi 70 años de historia, que en el Teatro se estrenaban y representaban numerosas obras teatrales, o que en la cancha de “la piscina” donde hoy se juega al baloncesto hace años aprendieron a nadar cientos de alumnos.

Haya pasado mucho o poco tiempo seguro que en alguna (o en muchas) ocasiones has dicho con una gran sonrisa eso de, “yo fui al Ramiro”. Este puede ser un buen momento para reencontrarse con compañeros del colegio o del instituto, con profesores, con mucha gente que también fue al Ramiro; que aprendió, creció, compartió su infancia o adolescencia en esas aulas y que en definitiva se formó, como tú, en el Ramiro de Maeztu.

¿Te apuntas?

Por favor, rellena una ficha de inscripción y envíala a yofuialramiro@hotmail.com.

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viernes, septiembre 08, 2006

Estar bien

Es curioso. Todos queremos estar bien. Felices. Contentos. Yo no suelo estarlo. No me preguntéis por qué. No recuerdo la última vez que fui feliz. Pero creo que para mi "estar bien" ya no es ser feliz. Creo que soy demasiado exigente o estúpido como para ser feliz. Pero ahora por lo menos estoy en paz. Tengo un objetivo. Creo que puedo cumplirlo. Hay mucha gente dispuesta a ayudarme o simplemente a prestarme un hombro o una palabra de apoyo cuando lo necesite. Hay quien no puede decir lo mismo. Hay quien se esfuerza tanto en parecer que siempre está bien que ya no sabe lo que significa esa palabra. Y continúan engañándose a si mismos y a los demás (o eso creen). Por fortuna, creo que yo ya he asumido mi condición.
No soy feliz. Realmente no creo que vaya a serlo, al menos no en un futuro próximo. Pero siempre sobrevivo. Y estaré bien.

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lunes, septiembre 04, 2006

Donde puse toda mi fe

Ayer la selección española de baloncesto se proclamó campeona del mundo. Reconozco que la alegría que me produjo, si bien es mucha, no es tanta como la que me proporciona el Estudiantes. Será por que el Ramiro me parece más mi casa que España... Pero lo que más me alegró no fue ganar. Ni que todo el mundo diga que somos los mejores. Ni que ahora vaya a ir (espero) más gente al baloncesto.
No, lo que más me alegró fue ver las caras de Sergio, de Carlitos... incluso de Felipe, consiguiendo aquello por lo que habían sufrido y luchado, y que sin duda se merecían.
Pero sobretodo me alegré por Pepu. Nadie sabía que en su interior él lo estaba pasando tan mal ni que para él iba a ser un triunfo un tanto amargo... pero aun así creo que hay que alegrarse por él, porque está llegando a lo más alto y sobretodo porque le está demostrando a España y a todo el mundo lo que ya sabíamos en Serrano 127. Y es que Pepu es el mejor entrenador de baloncesto conocido. No solo por técnica, estrategia o preparación. Tampoco solo por su siempre presente discreción. Sino por COJONES

Pd: Además (ampliar imagen), me ayudaron a ganar mi apuesta con Estefanía, jia, jia, jia, jia ;)

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