Veeengaaa la penuuultimaaa...

Certificado. La gente no cambia. Y yo no soy una excepción a esa regla. Soy un puto gilipollas y muy cabezota. Y siempre lo seré. No importa las ostias que me de la vida. Me caigo, me desmorono, me muero y vuelvo a por más. “Por más que caiga yo me vuelvo a levantar” que decía la canción del Fran Perea (que triste compararme con él… pero en fin). ¿A qué viene todo esto? Si no lo sabes… probablemente sea que no te importe o no estés preparad@ para saberlo. Bueno, solo que es terrible ver que tomo una decisión “por mi bien” y luego me contradigo a la primera (o segunda) oportunidad. Hay ciertas cosas en las que ni siquiera mi sobrevalorado coco puede mantener el control. El problema es que eso terminará matándome y/o dejándome tan jodido que no podré volver a resucitar. ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo te curas de una enfermedad si en realidad no quieres? ¿Si no tienes voluntad para vencer el virus que te consume? Respuesta: no lo haces. Sigues jodido y enfermo, hasta que decidas curarte o hasta que te mueras, lo que suceda primero.

En otro orden de cosas, muchas (MUCHÍSIMAS) gracias a Khutxy por su apoyo estos días. Seguramente se va a enfadar conmigo cuando lea que no me curo, pero sin ella a lo mejor no aguantaría como para ponerme a escribir tonterías autocompasivas. Tranquilidad para algunos (como Náyade) que expresaron su deseo de que no dejara el blog. Y una nota personal para Juan: ayer a las tantas de la madrugada me desperté después de otra pesadilla y estuve mucho rato considerando tu último consejo. Casi me decido, pero volví a pensar (con razón) que no serviría para nada bueno. Sin embargo, estoy convencido de que tienes razón en lo siguiente: esto no puede seguir así. Pero todavía no he tomado una decisión al respecto. A lo mejor en el puente. Voy a ver que tal evoluciona todo e intentaré tomar una decisión con la cabeza fría. Lo sé, es imposible, pero por intentarlo…