Capítulo 3: La Nota Siniestra
“¿Quién puede haber hecho esto?”- dijo Luis mientras leía la nota por décima vez. A su lado, Juan abrazaba fuertemente a Elena mientras Belén no sabía que decir. Se encontraban sentados en un banco enfrente de la biblioteca. Habían decidido saltarse la segunda hora para tranquilizar a Elena, la cual estaba profundamente afectada por la siniestra amenaza.
“Quién quiera que lo haya hecho no es más que un estúpido con muy poco sentido del humor.”- respondió Juan con mucha seguridad. Quería parecer muy sereno para ver si así conseguía tranquilizar a Elena. Claro, que también corría el riesgo de que ella pensara que no se lo tomaba en serio... bueno, sería mejor meditar sobre ello más adelante. “Tranquila cariño. No pasa nada. No es más que una broma pesada. Ya se ha acabado.”
“No se ha acabado”- dijo Elena con voz entrecortada –“Las otras veces también pensé que ya se había acabado… que solo era una broma… pero siguió persiguiéndome…”
“¿De qué estas hablando? ¿Qué otras veces?”
“Lleva una semana llamándome a casa… descuelgo y solo oigo una respiración. También me ha llamado un par de veces al móvil, con el número oculto, y hace lo mismo. Hay días y noches en los que me siento vigilada… Es una tontería, ya lo sé, pero muchas veces casi puedo sentir como su sucia mirada se arrastra sobre mí… ¡Y no puedo soportarlo más!” – Elena explotó en llanto tras la revelación.
“Tranquila… tranquila… lo arreglaremos” – prometió Juan mientras la abrazaba. Y si alguien notó que su voz sonaba menos convencida que antes… nadie dijo nada.
“Quién quiera que lo haya hecho no es más que un estúpido con muy poco sentido del humor.”- respondió Juan con mucha seguridad. Quería parecer muy sereno para ver si así conseguía tranquilizar a Elena. Claro, que también corría el riesgo de que ella pensara que no se lo tomaba en serio... bueno, sería mejor meditar sobre ello más adelante. “Tranquila cariño. No pasa nada. No es más que una broma pesada. Ya se ha acabado.”
“No se ha acabado”- dijo Elena con voz entrecortada –“Las otras veces también pensé que ya se había acabado… que solo era una broma… pero siguió persiguiéndome…”
“¿De qué estas hablando? ¿Qué otras veces?”
“Lleva una semana llamándome a casa… descuelgo y solo oigo una respiración. También me ha llamado un par de veces al móvil, con el número oculto, y hace lo mismo. Hay días y noches en los que me siento vigilada… Es una tontería, ya lo sé, pero muchas veces casi puedo sentir como su sucia mirada se arrastra sobre mí… ¡Y no puedo soportarlo más!” – Elena explotó en llanto tras la revelación.
“Tranquila… tranquila… lo arreglaremos” – prometió Juan mientras la abrazaba. Y si alguien notó que su voz sonaba menos convencida que antes… nadie dijo nada.
Etiquetas: curiosidad
1 Pensamientos:
Me has dejado intrigadísima con el texto...
Un beso.
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