Naturalmente, él ya sabía eso cuando hizo los test, así que apenas hubo una sola respuesta sincera en ningúna de las pruebas psicológicas. Cuando las hizo ya sabía suficiente psicología para saber exactamente qué respuestas eran necesarias para mostrar el perfil que lo llevaría a la Escuela de Batalla. Así que en realidad ella no lo conocía por aquellos test en absoluto.
Pero claro, él no tenía ni idea de cuáles tendrían que haber sido sus respuestas de verdad, ni entonces ni ahora. Así que tampoco se conocía mucho mejor a sí mismo.
Y como ella lo había observado, y era sabia a su modo, probablemente sí que lo conocía.
Qué risa. Pensar que un ser humano podía conocer de verdad a otro. Te podías acostumbrar al otro, habituarte tanto que podías decir sus palabras al mismo tiempo, pero nunca sabías por qué las demás personas decían lo que decían o hacían lo que hacían, porque ellos mismos no lo sabían nunca. Nadie comprende a nadie.
Y sin embargo de algún modo vivimos juntos, casi siempre en paz, y hacemos cosas con un promedio de éxito lo bastante alto para que la gente siga intentándolo. Los seres humanos se casan y un montón de matrimonios salen bien, y tienen hijos y la mayoría de ellos crece para convertirse en personas decentes, y tienen colegios y negocios y fábricas y granjas con resultados aceptables... todo ello sin sospechar siquiera lo que pasa por la cabeza de nadie.
Chapotear, eso es lo que hacen los seres humanos.
Ésa era la parte de ser humano que más odiaba Bean."
Extraído de "La Sombra del Hegemón"
Orson Scott Card
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