jueves, agosto 24, 2006

La Sombra de Ender

-Ya ve, Anton, la clave que descubrió ha sido activada, y puede ser la salvación de la especie humana.
-Pero el pobre niño. Vivir toda la vida tan pequeño, y luego morir como gigante.
-Tal vez le... divertirá la ironía.
-Qué extraño es pensar que mi pequeña clave pueda ser la salvación de la especie humana. De las bestias invasoras, al menos. ¿Quién nos salvará cuando volvamos a convertirnos en nuestro propio enemigo?
-No somos enemigos, usted y yo.
-No hay mucha gente que sea enemiga de nadie. Pero los que están llenos de codicia, orgullo u odio... su pasión es lo bastante fuerte para empujar al mundo a la guerra.
-Si Dios puede crear un alma grande para salvarnos de una amenaza, ¿no responderá a nuestras oraciones creando otra cuando la necesitemos?
-Pero, sor Carlota, sabe usted que el niño del que habla no fue creado por Dios. Fue creado por un secuestrador, un asesino de niños, un científico al margen de la ley.
-¿Sabe por qué Satás está tan furioso todo el tiempo? Porque cada vez que comete una fechoría particularmente osada, Dios la utiliza para que sirva a sus propios propósitos.
-Entonces Dios usa a la gente malvada como herramienta.
-Dios nos da la libertad de cometer grandes males, si así lo elegimos. Luego utiliza su propia libertad para crear bien a partir de ese mal, pues eso es lo que elige.
-Así que, a la larga, Dios gana siempre.
-Sí.
-Pero a la corta puede ser incómodo.
-¿Y cuándo, en el pasado, habría preferido usted morir, en vez de estar vivo aquí hoy?
-Eso es. Nos acostumbramos a todo. Encontramos esperanza en cualquier cosa.
-Por eso nunca he comprendido el suicidio. Incluso aquellos que sufren por grandes depresiones o culpas... ¿no sienten el consuelo de Cristo en sus corazones, dándoles esperanza?
-¿Me lo pregunta a mí?
-Como Dios no está a mi alcance se lo pregunto a un compañero mortal.
-Según mi punto de vista, el suicidio no es realmente el deseo de que termine la vida.
-¿Qué es, entonces?
-Es la única forma que tiene una persona impotente de lograr que todo el mundo se olvide de su vergüenza. El deseo no es morir, sino esconderse.
-Como Adán y Eva se escondieron del Señor.
-Porque estaban desnudos.
-Si la gente triste pudiera recordar... Todo el mundo está desnudo. Todo el mundo quiere esconderse. Pero la vida sigue siendo dulce. Dejemos que continúe.

Extraido de "La Sombra de Ender"
Orson Scott Card

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